miércoles, 4 de noviembre de 2009

P2. ESTÉTICA DE FRANK GEHRY

Frank Gehry (Toronto, 1929), es uno de los arquitectos más reconocidos de la actualidad. Influenciado por el cubismo y la obra de Alvar Aalto, rompe con las reglas de la arquitectura del momento aprovechando las numerosas posibilidades que ofrecen los nuevos materiales y las nuevas tecnologías otorgando un mayor grado de libertad compositiva a la arquitectura, hasta ahora desconocido. Del mismo modo que anteriormente había hecho Le Corbusier, Gehry experimenta e innova con nuevas formas y materiales que le permiten expresarse de una manera mejor a través de los cuales logra crear sensaciones y emociones en el observador.

Su obra a menudo ha sido incluida dentro de la arquitectura deconstructivista, surgida durante la década de los 80, que se caracteriza por la libertad en la utilización de formas complejas que representan una especie de "caos controlado". Una de las obras más representativas de esta arquitectura, eso que todavía se encuentra en fase de construcción, es la Ciudad de la Cultura de Galicia, situada en Santiago de Compostela y diseñada por el arquitecto estadounidense Peter Eisenman.

Maqueta de la Ciudad de la Cultura de Galicia

A pesar de que su obra es evidentemente innovadora, Gehry también respeta lo tradicional o clásico, pues consigue que sus obras entren en armonía con el entorno. Ha conseguido llevar la estética y el arte a la arquitectura y a los grandes espacios creando corrientes visuales entre las distintas formas complejas que componen sus obras, pero que sin embargo, son concebidas como un todo. También destaca la importancia que el artista concede a la luz en sus obras que, al incidir sobre las diferentes superficies y ángulos, reproducen multitud de efectos que atraen la atención del público.

En definitiva, Frank Gehry es un innovador de la arquitectura contemporánea, rompiendo las barreras de la física y aplicando el arte y la estética a sus obras, siempre orientadas hacia la funcionalidad, que consiguen impactar en el espectador que no puede quedarse indiferente ante lo que observa. Introduce además, una nueva visión de la estética como la belleza de un conjunto de curvas imposibles que conforman un todo que entra en armonía con el entorno que lo rodea. En sus propias palabras, "la belleza está en el ojo, no importa qué se esté mirando, si un edificio o una escultura".

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